Fitomedicina

Históricamente, los fitofármacos, han pasado de tener un papel fundamental en el arsenal terapéutico a un discreto segundo plano, para volver a tener, en las dos últimas décadas, una presencia cada vez mayor en la terapéutica.

 

El regreso hacia el uso de los productos de origen natural en terapéutica, además del “retorno a la naturaleza” que ha habido de forma general en la sociedad, como respuesta al daño ecológico y cultural que ha provocado el industrialismo, se ha visto favorecido por:

· Las cada vez más numerosas evidencias de los graves efectos secundarios en fármacos de síntesis.

 

· El avance químico, farmacológico y clínico del conocimiento en torno a los fitofármacos.

 

· El desarrollo de nuevas formas de preparación y de administración de los fitofármacos.

 

· El desarrollo de métodos y técnicas que garantizan un mejor control de calidad.

La Fitoterapia utiliza, por tanto, fitofármacos y principios activos aislados de las plantas. Estos productos deberán ser convenientemente preparados, dándoles la forma farmacéutica más adecuada para su administración al paciente.

 

La OMS ha definido como FITOMEDICINA a la aplicación de principios activos de origen vegetal en terapéutica. Por otra parte, dicha organización ha manifestado en 1996 que el 80 % de la población mundial depende para su atención primaria de su salud, de las plantas medicinales.